Pilar Pérez: Durante la semana doctoral que se desarrolló en el mes de julio en Silves, me solicitaron que concibiera un acto performático para la jornada de cierre. La consigna era que el grupo entregara algo que la ciudad necesitara y se me sugirió utilizar ropas medievales por la tradición que la ciudad tiene en jornadas de este género vinculadas a su pasado legendario. Incubé la performance vistiendo el vestido de reina (dos vestidos que alternaba) durante toda la semana, soportando su peso y adaptándome al calor, llegando a disfrutar de la fuerza y la energía de encarnar el arquetipo de reina.
Pasé muchos tiempos de retiro y soledad como el hacedor de lluvia que Jung relata en sus textos. En el último día propuse un ritual circular, en el sentido de las agujas del reloj, llevando agua al castillo (falta el agua en la ciudad), todos vestidos de reina (hombres y mujeres) con solemnidad y respeto, ensalzando lo femenino. Con el símbolo de las cigüeñas que cruzan los cielos de Silves en nuestro cuello, en la mano, hierbas aromáticas para alejar lo negativo. Cantamos sonidos femeninos dirigidos por Hernando Urrutia, que improvisó tono y melodía. Al día siguiente llovió tremendamente en Silves y salió el arco iris.
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